Entendemos que sí y así se lo recomendamos a nuestros clientes. ¿Por qué? Porque no se laceran los lazos entre el padre y el hijo (si es que esos lazos existen).
Si existe una buena comunicación, el padre y el hijo debe sentarse a negociar una pensión alimentaria que cumpla con las necesidades económicas del hijo y se tome en consideración la capacidad económica del padre.
No siempre se logra, pero es recomendable intentarlo.
Para información adicional relacionada con Pensiones Alimentarias u otro asunto de familia, comunícate al 787-200-6474.
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